martes, 2 de abril de 2013

TU SALTAS YO SALTO

Hoy fui al cine, a ver Titanic en 3D. Algo que me gusta más que mirar una película romántica y de época, es volver a verla (creo que esta fue la vez numero 50) y con la calidad notablemente mejorada.
Me tomo  muchos años entender el final, siempre pensaba que la viejita estaba soñando. Pero cuando por fin logre comprender que había muerto, y se reencontraba con todos los que habían partido antes que ella, pude elevar al máximo mi emoción. Ya que aunque haya estado 84 años separada de su enamorado (Jack) vuelve a el, como si nunca se hubiera ido. Porque en el amor no existe el tiempo, ni la distancia.
Uno de los mensajes mas lindos que tiene la película es demostrar que el amor no nace de la rutina, ni se construye voluntariamente. Los protagonistas se conocen y automáticamente descubren que las diferencias que los separan son diminutas en comparación a los sentimientos que ambos se generan. La relación duro dos o tres días, pero permanece intacta en la memoria de Rose a lo largo de su vida. Atesorando un amor más profundo que el océano donde se hundió el barco. Y más valioso que cualquier diamante.
“Tu saltas, yo salto ¿recuerdas?” llevada a la vida real, esta frase es lo mas hermoso que una persona puede hacer. Entregarse al amor, sin importar que dolorosa sea la caída. Tener quien se tire con vos, solo y por amor es un privilegio sin desperdicio.
Conclusión: Animemosnos a saltar, 
¡Que todo lo que se hace POR AMOR vale la pena!